Los festivales de cine, como el FIC Vía XIV, se erigen como faros del pensamiento crítico, ofreciendo un espacio en el que las películas trascienden su papel puramente visual para convertirse en catalizadoras del diálogo y la acción.
Son foros donde el público tiene el desafío de contemplar, debatir y actuar sobre las cuestiones apremiantes de nuestro tiempo, recordándonos que la cinematografía puede ser mucho más que una distracción: puede ser un medio poderoso para moldear el entendimiento colectivo y catalizar el cambio.
En este sentido, nuestro certamen amplía y afina su agenda en cada nueva edición para intentar convertir a Verín en el epicentro de la cultura del sur de Ourense. Y ya no sólo durante la semana en la que habitualmente se celebra, la segunda de septiembre, sino durante todo el año, con la intención última de convertirse en un contenedor cultural de carácter estable dentro de la localidad.
Nuestro festival toma su nombre de la calzada romana que recorre el valle atravesado por el río Támega, desde hace más de 2000 años. Evocando esta ruta física, trazamos un camino cultural para atraer la atención de creadores y creadoras de todo el mundo hasta Verín y acercar la cinematografía a un entorno especialmente periférico dentro de nuestra comunidad.
Poner en marcha un evento de estas características en un territorio alejado del circuito de festivales, en el interior de Galicia, supone un auténtico reto, que se traduce en el gratificante resultado de contribuir al dinamismo cultural de un espacio geográfico marcado por una fuerte impronta rural.
Hacerlo es posible gracias a un equipo que asume el trabajo con pasión y que ha ido creciendo poco a poco, creando cantera e incorporando a su plantilla a personas que comenzaron a trabajar en el marco del foro como asistentes o becarios, hoy plenamente convertidos en profesionales del sector audiovisual de primer nivel.
Nuestra sección oficial se encuentra actualmente dividida en cuatro categorías bien definidas en torno a diferentes elementos que definen la idiosincrasia de nuestra comarca, como son los conceptos de Frontera, Emigración o Entroido. Además de las categorías Horizontes, A Raia y Nova, el FIC Vía XIV también ha incorporado una categoría dirigida a la fascinación de Verín bajo el nombre de Infantil. De esta forma, intentamos acercar los valores del cine a los más pequeños, nuevos públicos que serán los espectadores del mañana.
El FIC ha evolucionado junto a las sensibilidades de la sociedad y ha proyectado cortometrajes sobre diferentes temáticas, así como programado actividades paralelas encaminadas a conseguir que la ciudadanía tome conciencia sobre realidades como la realidad de los refugiados, la sostenibilidad y preservación del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático o la igualdad entre hombres y mujeres, por poner sólo algunos ejemplos.
Pero, sobre todo, el FIC Vía XIV de Verín destaca porque trasciende el ámbito puramente cinematográfico. Cada año programa diferentes actividades paralelas relacionadas con la música o la gastronomía, entre otras disciplinas, así como talleres dirigidos a perfiles más profesionales con el objetivo de que puedan enriquecer su currículum y generar redes de networking.
Junto a ello, el festival tiene en cuenta la opinión de sus espectadores y, además de los premios que otorga el jurado profesional, cada año abre una votación popular para que los vecinos y vecinas de la comarca elijan su cortometraje favorito. Elementos diferenciadores, todos ellos, que se complementan con la idea de hacer partícipes del certamen a artistas locales, dándoles la oportunidad de dar a conocer su obra y formar parte de este foro de dinamismo cultural.
Bajo la perspectiva, por tanto, de seguir creciendo y ayudar a fortalecer la marca “Verín”, vamos a seguir trabajando desde FIC Vía XIV. Que cineastas de distintas partes del mundo vengan a nuestra localidad a exponer sus obras es un hito muy relevante para un territorio de nuestras dimensiones.
Como también lo es el hecho de que nuestro festival ponga su sello en los créditos de cada corto, un marchamo que siempre recorrerá el mundo llevando el nombre de nuestro rincón geográfico, situado en el sureste de Ourense, a diferentes puntos del globo a través de la magia del cine.